
Como la mayoría de vosotros, yo vivo en una urbanización y como solo buscan hacer pisos a tutiplén y acabar pronto para construir más y más hacen verdaderas chapuzas. Una de las chapuzas más destacables es la poca intimidad que tiene uno estando en su casa ya que un poco más y puedo oír a la vecina de al lado respirando, porque madre mía....
Pues bien, esto a veces puede ser un petardo como cuando estás estudiando y tienes al vecino de arriba (que no llega a los 3 años) tirando la pelotita de las narices que dan ganas de subir corriendo y rajarla con un cuchillo, o a la niña de abajo cantando peor que un borracho en un karaoke, o el niño de al lado tocando la flauta que no hace falta decir que haría yo con la flauta o cuando estás durmiéndote a las 12 de la noche y el de arriba tiene la genial idea de ponerse una película con el Home Cinema a todo volumen, o que son las 7 de la mañana un sábado y la de arriba está con los taconcitos (cuando descubra cuando es su cumple os juro que le compro unas zapatillas de estar por casa del Carrefú comodas e insonoras). Pero otras veces... ¡OTRAS VECES ES TODO UN SHOW SEÑORES! Oyes toooooooodas y cada una de las discusiones y te das cuenta que todo el mundo es extremadamente convencional ya que te encuentras que la vecina más dulce, esa que siempre trata a sus hijos con extrema delicadeza (aunque sean la mismísima reencarnación de Lucifer) y que siempre te saluda con una sonrisita, no es más que un personaje y en realidad es como cualquier otra madre o incluso peor, ya que grita verdaderas burradas a sus hijos que ni la más barrio bajera de San Blas (AKA Belén Esteban) diría.
Y es que es taaaaaaaan divertido, es como si fuesen otras personas completamente distintas de la imagen que dan. Y te enteras de los problemas con el marido, de que si el hijo suspende, de que si el hijo se ha meado encima, de que si el hijo ha tirado a su hermano pequeño de la cama... ¡DE TODO! Y yo que más cotilla no puedo ser me lo paso pipa. Hay veces que les ha dado por discutir cuando yo estaba apuntito de caer en el sueño más profundo y enseguida me espabilé y me incorporé, es como un Gran Hermano en casa.
Lo gracioso es cuando al acabar de discutir ven que les falta sal o algo por el estilo y llaman a tu casa con la mejor de las sonrisas como si no hubiese pasado nada pidiendo lo que viniesen a pedir y a mí siempre me entras ganas de soltar: "Y todavía te creerás que no he oído lo basta que eres, hija" y casi siempre tengo que salir corriendo a mi habitación a morderme la lengua de la risa que me entra. Pero vamos, que la doble personalidad también se da en mi madre quien tras echarnos a mi hermana y a mí una bronca del copón (aunque todavía le falta un poco bastante de experiencia para ponerse al nivel de mis vecinas que yo creo que debieron ser educadas en el celebérrimo barrio "El Pozo del Tío Raimundo" o algo por el estilo) coge el teléfono y habla de lo más normal y claro, uno se queda como ¿Pero no estabas superenfadada? Pero en fin, tendré que crecer para entender esta bipolaridad de los adultos.
Hoy llevamos un día tranquilito, no me puedo quejar, me he podido estudiar el franquismo y la transición sin interrupción alguna, bueno no, mi hermana con la dichosa música pero eso se controla fácilmente.
Y vosotros... ¿Sufrís también a vuestras vecinas?
Caste es que es verdad mis vecinos de abajo, lo sniños que pesados no se que narices hacen todo el rato que hacen más tuido que nadie.
ResponderEliminarY muchas veces les oigo discutir y con lo cotilla que soy yo tambien pego la oreja al suelo y no paro de reirme. Porque van de majos y ves a los niños llorando y todo porque les girtan, es un show!
Bueno entrada JAJAJAJAJA :D
Jajajajajaja, me alegra que te haya gustado :D
ResponderEliminarMuchas gracias :D