domingo, 14 de noviembre de 2010

Errores.

Absolutamente todos nos hemos visto en un punto de inflexión, en una situación que tenemos que elegir entre dos o varias opciones que una vez elegidas no se podrá volver atrás y cambiarlas ya que nuestra elección perdurará en nosotros durante muchísimo tiempo y en muchos casos hasta la expiración.

De los errores se aprende, sí, pero el problema viene cuando la decisión incumbe a personas, ya que como ninguno (gracias a dios) somos 100% transparentes las probabilidades de seguir fallando aumentan reiteradamente, puesto que las personas cambiamos, creemos conocer a la perfección a mucha de la gente que nos rodea, pero no podemos estar más equivocados, muchas veces ni siquiera nos conocemos a nosotros mismos, por lo tanto, ¿Cómo puedes aprender de los errores relacionados con otras personas?

A veces un diminuto error, algo que hiciste en su día con toda la buena intención del mundo, va aumentando poco a poco su grado, lo va aumentando tan lenta y escasamente que casi nadie se percata, hasta que el día menos pensado te levantas en una mañana que aparentemente la percibes como la del día anterior, en la que no pasó nada especial, pero según van pasando los segundos, los minutos y las horas y vas hablando con gente o bien si tienes la suerte de tener un momento para ti solo y pensar te das cuenta de que ha aparecido un gran problema, un problema por lo que en su día fue la más absurda de las tonterías, una montaña que se hizo de un grano de arena. En estos casos puedes salir bien parado y por lo tanto tras la inmensa suerte que tuviste volver a la normalidad o por lo contrario entrar como en un pozo sin fondo, del que intentas escapar pero es absolutamente imposible, dependiendo del error que hayas cometido puedes llegar a perder a una persona de las más importantes de tu vida, meterte en peleas y hasta quedarte completamente solo y todo por una simple mala elección o un minúsculo error.

Pero es que cometer errores es inevitable... ¡Por Dios! somos humanos , todos erramos miles de millones de veces a lo largo de nuestra corta vida, forma parte de nuestra vida, todos nos saltamos alguna norma diariamente, todos nos salimos del camino que nos asignan, y es que aunque odiemos equivocarnos los errores dotan de una emoción a nuestra vida que es lo que le da ese toque de dinamismo que impide que se convierta en aburrida. A veces llegamos a ser tan absurdamente masocas que incluso nos alegramos de haber errado, pero como dicen, no hay mal que por bien no venga y siempre que cometemos un error algo especial se va, pero algo que muchas veces es todavía más especial se empieza a asomar poco a poco a nuestras vidas y lentamente se va haciendo un lugar en nuestro corazoncito hasta el punto de que al cabo del tiempo se acabará convirtiendo en muchos casos en algo imprescindible. Los errores, por tanto, no son más que otro pilar inamovible en nuestras vidas, otra de las cosas que aunque creamos lo contrario, nos hacen todavía más fuerte, meras pruebas que aunque no consigamos la victoria directamente, indirectamente siempre la conseguiremos, porque como ya dije; no hay mal que por bien no venga.

2 comentarios:

  1. Caste, muy buena esta entrada(:
    Me gustó mucho, de verdad. Una de las mejores que he leído hoy, ¡y cuantísimas verdades!
    Como tú bien dices, todos hemos tenido algo que marcó un antes y un después en nuestras vidas, algo en lo que nos tuvimos que debatir y no siempre elegimos lo mejor; pero como mencionas al final: eso nos hace más fuertes.
    Además, sin los problemas y las cosas malas, no existirían las buenas. (:

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