lunes, 25 de abril de 2011

À la recherche du temps perdu.

Ni el dinero, ni la salud, ni el amor. Lo más valioso es el tiempo. Todo absolutamente todo se puede conseguir con tiempo. Por eso muchas veces nos deprimimos o nos arrepentimos de ciertos periodos en los que o bien no aprovechaste como debías el tiempo o sencillamente los malgastaste.

Todos hemos tenido alguna vez la sensación de haber perdido el tiempo, y lamentablemente el tiempo es lo único que jamás recuperarás, antes de ser otorgado ya tiene fecha de caducidad, tiene un tope y una vez se sobrepase una micra la linea final, se acabó. Cuando te das cuenta de que has perdido el tiempo hay varias reacciones posibles: Rabia, desilusión o en el peor de los casos tristeza y depresión. En otros casos entran unas ganas locas de recuperarlo y eso es patético, en su medida es lo idóneo, pero en extremo... Ver a gente de 50 años viviendo como si tuviesen 20 o gente aparentando estar bien, incluso llegando hasta el punto de autoengañarse a sí mismos, cuando están medio vacíos por dentro y lo poco que tienen está podrido, no puede definirse mejor que con el adjetivo triste.

Pero cuando más te puede llegar a dar, hasta llegar al punto de ser irreversible, es con las personas. Es un poco paradójico, ¿Qué es lo que mayor felicidad te puede dar? Una persona. ¿Qué es lo que más te puede hundir en la miseria? Una persona. Y es que cuando más se tiene la sensación de haber perdido el tiempo, y cuando más duele, por supuesto, es cuando una persona, sea quién sea, está involucrada. Una persona que sin mediar palabra desaparece, una persona que obtiene de ti todo y una vez lo tiene te deja de lado, una persona que sólo te ve como un mero entretenimiento, una persona un día decide perder el contacto sin razón aparente... No puede ser otra cosa sino un desperdicio de tiempo en toda regla. Pero en esos momentos es cuando te das cuenta de quién o qué es lo que realmente vale. Y no hay mal que por bien no venga, siempre que se pierde se gana algo igual o en muchos casos infinitamente mejor. Al fin y al cabo todo es pasajero, nada es más que una mera etapa. A pesar de las sensaciones que nos puede provocar en realidad no todo es una pérdida de tiempo como creemos, de todo se aprende, todo nos aporta algo, tenemos que tener la cabeza bien alta y al mal tiempo ponerle buena cara y olvidar, olvidar todo lo que nos hace daño. Por supuesto que esta tarea se puede tomar su tiempo, pero tiempo es algo que nos sobra, hoy por hoy la mayoría somos muchos más ricos que cualquier otra persona, tenemos lo más valioso, tiempo. Una vida por delante entera para equivocarnos, perder el tiempo, deprimirnos y luego reírnos de todo aquello.

No hay tiempo malgastado, hay tiempo mejor aprovechado o peor aprovechado, pero nunca malgastado.

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